Aunque la pandemia afecta a todo el planeta, no lo hace igual para todas las personas, no es lo mismo para aquellas persona con recursos suficientes para aguantar en sus casas, que para quienes dependen de sus ingresos de cada día para sobrevivir. En Bolivia muchas familias encuentran dificultades para garantizar su alimentación.

Desde las  parroquias que Itaka Escolapios acompaña en Santa Cruz, Anzaldo y Cochabamba se están impulsando redes de solidaridad que intentan garantizar el acceso permanente a alimentos a aquellas familias cuyos ingresos se han visto afectados por el confinamiento.

En Santa Cruz, por ejemplo, se comenzó atendiendo las primeras semanas a unas 40 familias, que han aumentado hasta las más de 100 en la actualidad, se les entregan cestas con alimentos básicos que son donadas por distintas personas de los barrios a cuya solidaridad se ha apelado. La respuesta está siendo muy positiva, se acerca gente con alimentos para donar, y también se están registrando ingresos económicos en la parroquia con el mismo fin.  A medida que pasa el tiempo el número de necesidades aumenta lo que obliga a pensar nuevas estrategias, como las ollas comunitarias en las que se ha comenzado a colaborar.

En Cochabamba  se han identificado numerosas familias vulnerables, siendo especialmente sangrante la situación de algunas personas ancianas que se enfrentan a la pandemia en soledad.  Se están distribuyendo cestas con alimentos cada 20 días gracias al aporte de numerosas persona y de la comunidad de religiosos que está renunciado a parte de sus ingresos para colaborar aún más.

En Anzaldo se identifican las necesidades en colaboración con las organizaciones comunitarias y también se está organizando el reparto de alimentos para quienes más lo necesitan.