Después de meses de búsqueda, negociaciones, dudas y mucho trasiego, nos alegra contaros los cambios que tenemos en los proyectos de la sede de Valencia y que seguro serán una gran oportunidad para crecer a favor de la infancia y adolescencia a través de la educación, como es nuestro propósito.

Desde este 2022 tenemos oficialmente nuevos locales que se suman a los espacios que ya teníamos y que acogerán el proyecto Saó.

Pero empecemos por el principio, la situación que nos ha llevado a estos nuevos locales.

El Proyecto Amaltea, heredero de la asociación Amaltea con una trayectoria de más de 30 años en el barrio de Velluters, ha estado ubicado en los últimos años en Ciutat Vella. En el proyecto se han llevado a cabo a través de varios rpogramas: Proinfancia de la Fundación La Caixa, Col.labora del Ayuntamiento de Valencia y Centro de atención diurna de apoyo convivencial y educativo de la Consellería de Igualdad y Políticas Inclusivas (CAD).

Sin embargo, el deterioro de los locales, además de una posible venta del edificio entero, hacían peligrar el proyecto, especialmente el CAD, que ocupaba unos espacios que ya empezaban a no cumplir con la normativa de centros de día concertados por Consellería.

Tras una búsqueda infructuosa por Ciutat Vella, empezamos a abrir el círculo y mirar más allá del barrio, pidiendo orientación a la Sección del Menor del Ayuntamiento de Valencia. Se nos propuso la zona del extrarradio, especialmente Patraix, donde no existe el recurso de Centro de Atención Diurna de menores, y se encontraron unos locales en la avenida Tres Cruces. No ha sido una decisión sencilla, puesto que el cambio de ubicación suponía dejar atrás a una gran parte de los niños, niñas y jóvenes que acudían al CAD y que no pueden trasladarse a Patraix y su consiguiente derivación a otros recursos y entidades cercanos a sus casas y a los que agradecemos la acogida.

Por supuesto, han sido derivados con el mayor de los cuidados a otros centros y entidades sociales en los que los acogerán y atenderán como en el CAD Amaltea mismo, pero este proceso ha supuesto un “duelo”, tanto por parte de los y las menores como de los educadores, educadoras y voluntariado, que llevaban ligados a las familias en algunos casos durante años. Nos vamos a echar mucho de menos.

Cabe recordar que el Proyecto Amaltea continua en Ciutat Vella, de la mano del programa Proinfancia. Solo que ahora ya no acuden tantos niños, niñas y adolescentes como antes.

Una vez tomada la decisión, ha continuado el trabajo, esta vez para adecuar los nuevos espacios a las características requeridas, hacer la mudanza y, lo más importante, ir contactando con las entidades, servicios sociales y centros escolares del barrio y alrededores para darnos a conocer y conocernos, además de la derivación de nuevas familias en riesgo de exclusión social.