VINE I VORÀS, DARRERE HI HA UNA REALITAT
En este curso queremos seguir ahondando en la fuerza transformadora de la educación, conociendo más sobre cómo las Escuelas Pías promueven una educación integral, de calidad y accesible en tantos rincones del mundo empobrecido. Rincones que, al igual que el Trastévere romano en tiempos de Calasanz, necesitan de esa labor educativa que apuesta por el futuro de sus niños, niñas y jóvenes, en su gran mayoría en situación de pobreza.
Son realidades en las que encontramos carencias, sí, pero también numerosas capacidades, valores, creatividad… y sobre todo unas enormes ganas de salir adelante a través de la educación, que nos recuerdan y reafirman en el gran valor de la misión escolapia.
Si algo caracteriza la labor educativa inspirada por S. José de Calasanz es la centralidad de los niños y jóvenes: la orientación fundamental por la cual la plena realización y la felicidad de estos constituyen el centro de todo el actuar. Este papel central de los niños y jóvenes ha de impregnar el conjunto de la acción educativa y, antes que nada, la misma forma en la que nos acercamos a la realidad. Calasanz nos invita a mirar la realidad con ojos de niño, especialmente con ojos de niño en situación de pobreza.
Es precisamente este punto de vista el que vamos a tratar de cultivar en la presente campaña de solidaridad para, a través de esta visión, acercarnos a los “trastéveres” del mundo actual donde están presentes las Escuelas Pías y la red Itaka-Escolapios.
Tal como diría Calasanz, la labor educativa integral requiere “abajarse” para dar luz a los más pequeños y vulnerables. Quien mire la realidad desde estos ojos, desde su altura que es “bajura”, es quien realmente puede responder a las necesidades que desde ahí se ven: apaciguar los miedos, alentar las ilusiones, dar cauce a los sueños…
Esta intuición calasancia enlaza también con una idea fuerza que en el mundo actual se está promoviendo, tanto en ámbitos educativos como de defensa de la infancia. Es la idea de que los niños y niñas no pueden ser solo simples destinatarios de aquellas acciones que se dirigen en su beneficio. Los niños y niñas han de ser, además, parte activa y protagonista en la construcción de un mundo mejor. Así lo establece, incluso, la Convención sobre los Derechos del Niño cuando señala que deben ser escuchadas las opiniones de los niños y niñas sobre aquello que les afecta, así como tenidas en cuenta en función de su edad y madurez.
Desde estos planteamientos ponemos en marcha la campaña de solidaridad en 2014-15, con el lema “Ven y verás la realidad que hay detrás”. Queremos cultivar en todos los lugares donde llega Itaka-Escolapios esa mirada sencilla, profunda y comprometida sobre las diferentes realidades de nuestro mundo. Para que desde ese compromiso hagamos posible, un año más, una gran corriente de solidaridad en red para apoyar la labor educativa escolapia allá donde hay más necesidad, y donde más se siente que, como dijo la joven Malala (Premio Nobel de la Paz 2014), “un niño, un profesor, un lápiz y un libro pueden cambiar el mundo”.