Los Campos de Trabajo 2024 de Valencia y Madrid han cerrado un verano más sus puertas. 37 personas voluntarias junto a 12 coordinadores y coordinadoras de las provincias de Betania y Emaús emprendieron un viaje con el voluntariado como motor de cambio. Durante estas dos semanas, este grupo de jóvenes se ha puesto al servicio de los más pequeños y de los más vulnerables siguiendo así el ejemplo de Calasanz.

El Campo de Trabajo es una experiencia que no deja indiferente a nadie. Todo aquel que pasa por él entiende que es un punto de inflexión en la forma de ver el mundo y marca de por vida a las personas que en el participan. Es una experiencia integral que te hace vivenciar de primera mano realidades ajenas a la nuestra pero que están más cerca de lo que parece. El Campo de Trabajo enciende la chispa del servicio y de la entrega para seguir con una vida con la ayuda al prójimo como pilar fundamental.

De las 49 personas que entraron, han salido 49 personas distintas. El primer día se plantó una semilla que ha ido creciendo durante las dos semanas y hemos podido ver cómo ha dado sus frutos. Los y las jóvenes han estado recibiendo formaciones y reflexionando sobre todo lo vivido. Un rasgo diferencial que tiene esta experiencia es que no sólo estás al servicio de los niños y niñas, sino que estás conviviendo durante estos 15 días con iguales que están pasando por las mismas situaciones. Es por ello que se crea una burbuja de conexión y comprensión más allá del servicio. Además, se han creado dos nuevas familias. Por mucho tiempo que pase y por mucho contacto que se pierda los Campos de Trabajo 2024 de Madrid y Valencia serán casa para aquellos que vieron su semilla plantar y vivirá en cada uno de vosotros y vosotras mientras sigáis regando la planta que en ellos comenzó a crecer.

Esta tan solo ha sido la primera parada del gran camino que os queda por recorrer. Gracias por ser sal, por ser luz y por ser la pequeña gran revolución.

No queremos olvidarnos de dar las gracias a todas las personas, proyectos y centros que han hecho posible poder llevar a cabo un año más nuestros campos de trabajo en Betania:

Al Real Colegio de las Escuelas Pías de Valencia y al colegios Escuelas Pías de Aluche de Madrid por abrirnos sus puertas y acogernos en sus instalaciones durante estos 15 días de convivencia; a los escolapios que nos han acompañado durante la experiencia, Javier Alonso y José Luis Zanón, Jude Barsanas, Alejandro Vásquez y Félix Pascual; a los proyectos que nos han acogido para realizar nuestro voluntariado, los de casa (Amaltea, Saó, Llum y campamento urbano de Aluche) y los amigos (Fundación Proyecto Vivir, Fundación Paula Montal y Pinardi de Pan Bendito); y a todas las personas que han estado bien cerca de nuestros campos y han colaborado en que fuese todo perfecto, en especial a los formadores y formadoras: Ana Cervera, Rocío, Lucía Nieto, Pepe, Tere, Marta, Sara, Javi, Cristina, Pedro, María Toraño, Paloma, Alba, Mónica, Belén, Paula Alba y Pedro José en Madrid; y Bea, Cons, Andreu, Estela, Denis, Sara, Fer, Álvaro, Itziar, Lucía, Natalia, Ainara, Javier, Cris y Esther, en Valencia. Y gracias también a la Vicepresidencia segunda y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana que, en el CT24 de Valencia, ha colaborado a través de la sus ayudas al Voluntariado.